El sábado 16 de abril por la tarde tuvo lugar el rezo del Vía Crucis en el recinto sagrado del Valle de los Caídos. Es una devoción muy adecuada para el período cuaresmal y más todavía para la Semana de Pasión y la Semana Santa. Resultaba una preparación magnífica para la entrada en ésta, justamente en la víspera del Domingo de Ramos. Asimismo, teniendo en cuenta que la Santa Cruz es la titular del Valle de los Caídos, existe un motivo mayor para fomentar dicha devoción en este lugar de culto.
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Hay un precioso recorrido de unos 4 km. de un Vía Crucis que recorre el interior del valle de Cuelgamuros hasta la Basílica, pero, a la espera de poder realizarlo por él en otra ocasión más adelante, esta vez se ha rezado partiendo de la explanada posterior entre la Abadía, la Escolanía y la Hospedería, marchando por la carretera de circunvalación hasta la estación de las tres cruces. Desde allí se subieron las escaleras a la explanada de la Basílica y, al pie de la imagen de la Piedad, se rezó la 13ª estación (el Cuerpo de Jesús es descendido de la Cruz y puesto en manos de su Madre, María Santísima). A continuación se ingresó en la Basílica, concluyendo en la Capilla del Sepulcro, pues ésta es, en efecto, la última de las estaciones y donde termina también _x000D_
el recorrido ordinario del gran Vía Crucis del Valle.
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En todo el trayecto, al frente marchó una gran cruz de madera y el P. Abad y otros monjes fueron turnándose para portar el Lignum Crucis, es decir, la reliquia de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo que el papa Beato Juan XXIII regaló a la Basílica con motivo de la consagración de ésta en junio de 1960. Desde el altar mayor del templo, al término del Vía Crucis, el P. Abad dio la bendición con el Lignum Crucis a los fieles asistentes, que no pudieron adorarla uno a uno por ser su número tan grande, mucho mayor del que se había previsto. También desde allí dirigió unas palabras y dio por inaugurado el nuevo emplazamiento de la imagen de Nuestra Señora del Valle, obra de Ramón Lapayese. Gracias a la colaboración de Patrimonio Nacional y por petición de la Comunidad benedictina, se ha descendido del lugar que ocupaba hasta ahora a la salida de la Basílica. Desgraciadamente, ese lugar hacía que pasara desapercibida a los visitantes. Ahora, sin embargo, se encuentra en el sitio que estaba destinado a los jefes de Estado, de tal forma que la Santísima Virgen _x000D_
será así la verdadera Reina del Valle de los Caídos, de España y del mundo.
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El Vía Crucis fue preparado principalmente por varios seglares colaboradores de la Abadía y contó con la presencia de la Escolanía, cuyos niños llamaron la atención de los asistentes tanto por su participación en los cantos populares clásicos como por la actitud de reverencia que guardaron en las tres horas de duración. La verdad es que fue impresionante el ambiente general de recogimiento y silencio, pues entre estación y estación se fueron combinando tiempos de silencio y los misterios dolorosos del Santo Rosario. En las catorce estaciones se fue meditando el texto que elaboró el entonces cardenal Ratzinger, actual Benedicto XVI, en el año 2005. Dado el interés que este texto ha suscitado, lo ofrecemos en nuestra página web.