El lunes 11 de julio, la Comunidad benedictina de Santa Cruz del Valle de los Caídos celebró la solemnidad de San Benito, patriarca de los monjes de Occidente, a quien el Papa Pío XII designó “Padre de Europa” y Pablo VI le concedió de lleno el patrocinio sobre el viejo continente; más tarde, el Beato Juan Pablo II asoció como copatronos a los santos hermanos Cirilo y Metodio, apóstoles de los pueblos eslavos. Como es sabido, el actual Pontífice Romano, Benedicto XVI, escogió su nombre en honor de San Benito, con la idea clara de la necesidad de la reevangelización de Europa.
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Para esta ocasión, el P. Abad Dom Anselmo había invitado al Sr. Nuncio Apostólico de Su Santidad, Mons. Renzo Fratini, representante del Papa en España y decano del Cuerpo Diplomático. Acogiendo de buen grado esta invitación, el Sr. Nuncio acudió al Valle de los Caídos y celebró la Santa Misa solemne de las 11 h., con una preciosa homilía referida al papel de los monjes y a la espiritualidad expuesta por San Benito en la Regla monástica que escribió. La homilía puede leerse en esta misma página web (Homilías en la Basílica). Tres miembros de “Schola Antiqua” y otros dos antiguos escolanes contribuyeron notablemente a reforzar el canto de los monjes. Algunos de los seglares asistentes quisieron acercarse a saludar al Sr. Nuncio y expresarle la comunión espiritual y fraterna que sienten con la Comunidad benedictina y a comunicarle su interés constante por la situación del Valle de los Caídos.
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Después de la Santa Misa, a la que asistieron también otras autoridades, entre ellas el Delegado de Patrimonio Nacional para San Lorenzo de El Escorial y el Valle de los Caídos y los alcaldes de San Lorenzo de El Escorial y de El Escorial, se ofreció un pequeño aperitivo en la Abadía y a continuación se rezó la hora de Sexta y se pasó al refectorio monástico para la comida en silencio. Tras el café, de nuevo con conversación, los invitados se despidieron y la Abadía volvió a su vida normal, que contó con las II Vísperas Solemnes, celebradas por el P. Abad en la capilla del monasterio.