La procesión y la Misa del Domingo de Ramos, 13 de abril, dieron comienzo a las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. Fue celebrada por el P. Prior y contó, por supuesto, con el canto de la Escolanía y la vistosidad de sus cogullas blancas, juntamente con las negras de los monjes no concelebrantes y las casullas rojas de los sacerdotes celebrantes. También es muy hermoso y emotivo el canto de la Pasión, que este año correspondía ser el relato de San Mateo: lo llevaron a efecto el P. Juan Pablo Rubio como cronista, Fray Javier Martín en las intervenciones de N. S. Jesucristo, el escolán Marcos Martínez como solista y el conjunto de la Escolanía como coro. Fue muy nutrida la asistencia de fieles, como lo sería también en las celebraciones de los días siguientes, sobre todo el Viernes Santo.
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Los Oficios del Jueves Santo, celebración de la Cena del Señor, a las 17 h., fueron presididos por el P. Prior, pero asistió el P. Abad como concelebrante y pronunció la homilía. Siempre resulta de una gran belleza en este día el lavatorio de los pies, realizado a doce niños de la Escolanía en representación de los Apóstoles, y la procesión eucarística final al Monumento, instalado en la Capilla del Santísimo. La celebración de la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio, así como el día del Amor Fraterno, son los motivos principales de esta jornada. Por la noche, los niños visitaron a Jesús en el Monumento y los monjes cantaron las Completas en la Basílica para poder adorar a continuación a Jesús Sacramentado; se unieron a ellos numerosos adoradores nocturnos.
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El Viernes Santo, los Oficios de la tarde, celebración de la Pasión del Señor, tuvieron lugar igualmente a las 17 h. El P. Prior fue el celebrante, pero el P. Abad pronunció de nuevo la homilía. El canto de la Pasión según San Juan es particularmente bello y emotivo: lo llevaron a cabo el antiguo escolán José Luis Alameda como cronista, Fray Javier Martín en las intervenciones de N. S. Jesucristo, el escolán Marcos Martínez como solista y el conjunto de la Escolanía como coro. Resulta sin duda espectacular el momento de la adoración de la Cruz, cuando con sólo las luces del altar encendidas cae el telón morado que cubría el impresionante Cristo crucificado de Beovide policromado por Zuloaga. Sin embargo, la sobriedad general de este día contribuye en conjunto al recogimiento profundo del alma, como muchos fieles advirtieron.
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La Vigilia Pascual, comenzada a las 22,20 h. del Sábado Santo, es un momento gozoso y la liturgia resulta de una gran belleza también. El P. Prior fue el celebrante principal, pero de nuevo el P. Abad pronunció la homilía, con satisfacción grande de los fieles al comprobar la mejoría de su salud. La bendición del fuego y la procesión de entrada en la Basílica son espectaculares, en gran medida por la contribución de la Escolanía a ello. También el canto del pregón (P. Juan Pablo Rubio), de los salmos por la Escolanía y varios niños solistas (Marcos Martínez, Mario Fernández-Pacheco), de las letanías de los santos (Fray Miguel Torres)… así como la bendición del agua y la aspersión, con la renovación de las promesas bautismales y el recuerdo de aquellos que en esta noche santa reciben el Bautismo… y la celebración de la Sagrada Eucaristía en la Misa de esta noche, llenan el alma de alegría con la presencia de Jesucristo Resucitado.
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El Domingo de Pascua de Resurrección, la Misa conventual de 11 h. fue celebrada por el P. Prior.
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Durante todos estos días, ha asistido un nutrido grupo de antiguos escolanos, que han participado de las celebraciones de la Semana Santa y han contribuido de forma importante a ellas.