El sábado 20 de agosto, el P. Juan Pablo Rubio, monje del Valle de los Caídos, salió muy temprano con rumbo a la Catedral de la Almudena de Madrid para hacerse cargo de la dirección del canto gregoriano en la Misa que el Papa celebraría con los seminaristas a las 10 h. Le acompañaron el P. Prior y los dos postulantes, Fr. Luis y Fr. Javier, el segundo de los cuales se incorporó al coro. La dirección del P. Juan Pablo fue comentada muy positivamente por muchas personas y la Misa fue realmente preciosa; las palabras del Sumo Pontífice estuvieron llenas de profundidad, como le caracteriza. Regresaron al monasterio al mediodía, después de saludar en la Catedral y en el entorno a diversos amigos, así como a algunas autoridades eclesiásticas.
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Por otro lado, esa misma mañana visitaron la Basílica y oraron en ella varios grupos de peregrinos de distintas procedencias, algunos de los cuales se sumaron a la Santa Misa conventual de las 11 h., que contó con una gran concurrencia de fieles. Cabe destacar quizá el interés mostrado por algunos grupos, como uno de 30 peregrinos venidos de California (Estados Unidos), bajo la guía del P. Joseph Vísperas, de origen filipino. Sin embargo, otro de 350 australianos a los que se esperaba para la Misa conventual finalmente no pudo llegar por problemas de horarios.
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Por la tarde se redujo algo más la afluencia de peregrinos, dado que la mayor parte de ellos se dirigieron de forma masiva al encuentro con el Papa en el aeródromo militar de Cuatro Vientos. No obstante, vino un grupo de unos 30 pertenecientes a la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Catarroja (Valencia), a quienes el P. Prior atendió y les pudo enseñar el cementerio de los monjes; se trataba de los mayores del grupo, pues los jóvenes se encontraban ya en Cuatro Vientos. De los que vinieron, algunos iban a continuación al aeródromo.
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