Entre el viernes 12 y el sábado 13 de agosto, estuvo hospedado en la Hospedería externa un grupo de unos treinta reparadores eucarísticos procedentes de Granada y de varias provincias españolas, haciendo coincidir su venida con la devoción que expresan a la Rosa Mística, la Santísima Virgen María, cada día 13 de mes. Su visita al Valle de los Caídos tenía la intención expresa de orar por este santo lugar y su permanencia siempre como centro de vida e irradiación espiritual en España y para el mundo entero. Rezaron por la noche del 12 el Vía Crucis y el Rosario por las arcadas de la explanada posterior y tuvieron otros actos de oración y reparación en la Capilla de la Hospedería, tanto el 12 como el 13. El sábado 13 por la mañana asistieron a Laudes con la Comunidad benedictina. Por la tarde, el P. Subprior, Dom José Ignacio González, bajó con ellos a la Basílica y les explicó su significado espiritual.
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El sábado 13 de agosto asistió a la Santa Misa conventual de las 11 h. en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos un grupo de unos 50 jóvenes peregrinos llegados de Polonia, con un sacerdote de la misma nacionalidad que concelebró con la Comunidad benedictina. Venían con ellos unos sacerdotes de la diócesis de Toledo que les habían explicado la historia y el arte del Valle, pero solicitaron después de la Misa que un monje, que concretamente fue el P. Subprior, Dom José Ignacio González, les hablara de la espiritualidad del monumento: la Cruz, la reconciliación, la liturgia, la devoción mariana…
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Al término de la Misa conventual llegó otro grupo de peregrinos que se encuentran alojados en San Rafael y El Espinar (Segovia). Se trataba de una confluencia curiosa de varias nacionalidades: costarricenses, sudafricanos, belgas, polacos, rusos… El P. Prior y Fray Javier, joven postulante de San Rafael cuya familia venía con el grupo, les ofrecieron algunas explicaciones que fueron traducidas también al inglés y, juntamente con el Sacristán, Fray Julio Iglesias, les ayudaron para preparar la Santa Misa que celebraron en el altar mayor de la Basílica a las 13 h. Venían sacerdotes de estos países, más el párroco y un misionero comboniano, también sacerdote. Es de agradecer el esmero mostrado por el personal que atiende la Basílica para la preparación de las Misas estos días.
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A todos estos grupos hay que añadir la presencia de peregrinos que llegan de forma individual o sin haberse puesto previamente en contacto con la Comunidad benedictina.
