El jueves 11 de agosto por la tarde comenzaron a venir al Valle de los Caídos los primeros peregrinos llegados para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará, D. m., en los días próximos en Madrid. O al menos, eran los primeros peregrinos de los que la Comunidad benedictina ha tenido constancia. Se trataba concretamente de un grupo de religiosas procedentes de Córdoba (Argentina), pertenecientes a las Esclavas del Corazón de Jesús, que son también de fundación argentina. Según le comentaron al P. Prior, en el avión venían 350 jóvenes para la ocasión. También transmitieron que les había impactado profundamente el Valle de los Caídos desde el punto de vista natural, artístico y espiritual y efectuaron algunas preguntas.
_x000D_
_x000D_
El viernes 12 asistieron a la Santa Misa conventual varios grupos pequeños de peregrinos, uno de ellos de jóvenes españoles y argentinos vinculados a FASTA (Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino), fundada por el dominico argentino P. Aníbal Ernesto Fosbery; y el otro grupo venía de Perú, fueron atendidos por uno de los postulantes (Fray Luis) y varios acudieron al Sacramento de la Reconciliación o Penitencia. Precisamente en estos días, la presencia de los monjes sacerdotes en los confesonarios de la Basílica se incrementa.
_x000D_
_x000D_
La tarde del mismo día 12 llegó a la Basílica para orar un grupo de 47 “Hermanas de la Vida”, religiosas estadounidenses dedicadas fundamentalmente a orar por la defensa de la vida humana y a trabajar en pro de ella. Procedían de Nueva York y al frente venían la Hermana Mary Aquinas y un sacerdote de la diócesis de Alcalá de Henares. Su intención había sido sumarse a la Misa conventual de 11 h. por la mañana, pero finalmente vieron cómo se retrasaban sus horarios y llegaron al Valle de los Caídos pasado el mediodía. Fueron atendidas por el P. Subprior, Dom José Ignacio González.
_x000D_
_x000D_
También esa misma tarde del 12 de agosto, un grupo de 125 peregrinos y 6 sacerdotes hospedados con los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey en Pozuelo de Alarcón (Madrid), celebró la Santa Misa en el altar mayor de la Basílica a las 16,30 h. Fueron atendidos por el Sacristán, Fray Julio Iglesias, a quien le expresaron su agradecimiento y la enorme impresión que les había causado la Basílica y el conjunto del Valle de los Caídos. Estos peregrinos eran procedentes de Francia y de Argentina; los franceses, concretamente, traían afectuosos saludos de los monjes y de las monjas benedictinas de Kergonan, de la misma Congregación de Solesmes a la que pertenece la Abadía Santa Cruz, y señalaron que allí rezan mucho, tanto los religiosos como los seglares, por las intenciones del Valle y que han seguido muy de cerca todos los acontecimientos relacionados con él.