El viernes 3 de julio asistieron a la Santa Misa conventual de 11 h. en la Basílica de Santa Cruz del Valle de los Caídos 116 peregrinos procedentes de la Isla de Martinica, en las Antillas francesas. Iban camino de los destinos marianos de Lourdes y Medjugorje y también tenían intención de visitar El Escorial. El grupo estaba asistido espiritualmente por varios sacerdotes y un padre dominico que ya había venido en ocasiones anteriores con peregrinos llegados de la Francia continental. Dieron muestras durante la Misa de una devoción ejemplar y se acercaron a comulgar piadosamente. Muchos conocían los dos monasterios benedictinos, masculino y femenino, de la Congregación de Solesmes en Martinica y eran asiduos a sus Oficios. El padre dominico, asimismo, tenía buena información acerca de la situación reciente del Valle de los Caídos y de los tiempos duros que tocó sufrir a la Comunidad benedictina. Había estado presente en el Festival Internacional de Canto Gregoriano de Watou (Bélgica) en mayo y por eso valoró extraordinariamente las actuaciones de la Escolanía. Después de la Santa Misa, el grupo visitó la Basílica.
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También asistieron ese día a la Santa Misa el P. Pierdomenico Volpi, del Monasterio de Casamari (Italia) ya conocido anteriormente por los monjes del Valle y actualmente postulador general de las causas de beatificación y canonización de la Orden Cisterciense. Vino acompañado por dos monjas cistercienses del Monasterio de Casarrubios del Monte (Toledo), con el que nuestra Abadía guarda una relación fraterna bastante estrecha, y por un religioso mexicano de los Discípulos de Jesús. Fueron atendidos por el P. Alfredo Simón.
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El domingo 5 de julio vino un grupo de peregrinos portugueses que participó en la Santa Misa de las 11 h. con gran devoción. Después fueron atendidos por el sacristán de la Basílica, Fr. Julio Iglesias, quien bendijo los objetos religiosos que portaban.