P. Anselmo Álvarez

Lo que celebra la Vigilia Pascual es el estallido de la potencia multiforme de Cristo que vuelve de la muerte a la vida, y arrastra con él hacia arriba todo lo estaba muerto.

La finalidad de la creación había sido la de hacer participar al hombre en la vida de Dios y en cuanto le pertenecía. Pero el hombre se obstinó en seguir otros caminos en uso de la libertad de que había sido dotado.

La víspera de su pasión, antes de que los hombres le quitáramos la vida que Él quería ofrecer por ellos, Él da la vida a los hombres, la vida divina e inmortal.

El hombre no es sólo tiempo y materia. Es espíritu inmortal. Posee una raíz humana pero también un principio divino.

Que nada se anteponga a la obra de Dios

Es la hora en que cada uno de nosotros vuelva a acoger al Espíritu de Dios, precisamente cuando el mundo se ha vaciado de las profundidades de Dios y se ha llenado de su propia nada.